A veces- muchas- me gusta sumergirme en la historia, creo en eso de saber de dónde venimos para ver hacia dónde vamos. En esta oportunidad, mi curiosidad me llevó por el origen de los bares "notables" de la ciudad de Buenos Aires. El título del bar más viejo de la ciudad se lo lleva "El Tortoni" (1858) pero hay quien cuenta la historia de "La Biela". En 1850 el bar que conocemos como "La Biela" era un almacén de ramos generales que tenía mesas afuera y se lo llamaba "La veredita", luego se lo llamó "aerobar" ya que era frecuentado por pilotos y tripulantes. Es recién en 1950, que se lo llama La Biela, cuando automovilistas como Juan Manuel Fangio se reunían ahí y empezó a ser concurrido por fanáticos del automovilismo. Fue el punto de encuentro de Innumerables personalidades de nuestra historia que han pasado por sus mesas.

Nos salteamos el "Club El Progreso", porque a pesar de ser bar y restaurante, fue pensado como club social, aunque no puedo dejar de mencionarlo y es de 1850. El Club lleva ese nombre por la intención de sus socios fundadores de "poner en contacto las ideas y los hombres para el progreso material y moral del país".

"El Tortoni", 1858, fundado por el francés Jean Touan, tenía su entrada por la "calle" Rivadavia. Fue construido como réplica del bar de mismo nombre de París, que también fue club de encuentro del ambiente cultural de esa ciudad. Durante sus primeros 40 años funcionó con la entrada sobre Rivadavia al 800, en 1894 sumó su ala de Av. De Mayo al 800. Estando ya en la avenida fue, junto con el Café "Perú" (Av. de Mayo 602), el primero en poner mesitas en la vereda. En el Tortoni existió durante muchos años una peña muy famosa que era frecuentada por Juan de Dios Flilberto y Alfonsina Storni. Fue desde academia hasta café literario, fue sede del mítico programa "La Venganza será Terrible" de Alejandro Dolina. Fue durante más de un siglo un espacio de vanguardia cultural; hoy casi un museo.

"El Federal", bar fundado en 1864 como pulpería, fue almacén de ultramarinos, alojó un prostíbulo y un almacén con despacho de bebidas. Suele ser escenario de grandes películas del cine argentino. testigo de todas las épocas.

"El estaño", de 1880 tampoco nació con ese nombre. Está en la planta baja de un edificio de dos pisos en la esquina de Aristóbulo del Valle y Hernandarias. Antes allí estuvo la recordada fonda Estrella del Sud, concurrida por trabajadores portuarios y obreros provenientes de Casa Amarilla. Se cuenta que al poco tiempo de inaugurado, el ex presidente Domingo Faustino Sarmiento pasó varias veces por el local, porque muy cerca de allí solía visitar a una de sus últimas novias. En 1940 casi (dic. 1939) fue adquirido por Don Lorenzo, y llevó su nombre hasta que su nieto, en 1976, Daniel Lorenzo (López Novaro), "Dany", tomó las riendas del café. A partir de entonces se llamó El Estaño 1880.  Un magnífico estaño de 3,50 metros, tal vez el único de esas dimensiones que queda en Buenos Aires, preside el salón, alrededor del cual gira una bella ambientación original.

La historia de "Las Violetas" voy a resumirla porque vale la pena, pero para mi no es un "bar". El 21 de septiembre de 1884, día de la primavera, fue cuando abrió sus puertas al público. La confitería fue fundada por dos inmigrantes portugueses y se llamó Las Violetas porque toda la ochava estaba bordeada por canteros cubiertos de flores de ese color. Formó parte de la historia de Almagro, de Buenos Aires y de Argentina, pasaron presidentes, artistas, vecinos y turistas. Fue la cuna de Las Madres de Plaza de Mayo, entre otras cosas.

El "Café de Los Angelitos", 1990, es un café de historia tanguera ubicado en la esquina de la Avenida Rivadavia y Rincón, en el barrio de Balvanera. Era el lugar en el que Carlos Gardel estableció su "barra" a partir de 1912, cuando comenzó su carrera artística formando dúo con José Razzano. Este último, en 1944 compuso un célebre tango con letra de Cátulo Castillo, titulado precisamente "Café de los Angelitos".

El "Bar de Roberto", 1893, tambien llamado "12 de Octubre", es uno de mis preferidos. En diagonal a la Plaza Almagro (Bulnes y Perón), ha sabido ser mi point vespertino por mucho tiempo. Lugar donde supieron hacer lo suyo Gardel y Pugliesse, fue posta, bar, tanguería, fue club de amigos y de magia y hasta estuvo regenteado por un gran amigo- "Perico"- que despachaba vermú en noches de Reggae. La realidad es que la propiedad pertenece ala familia Perez desde 1920, Pasando por Pancho Perez, sus hijos Jorge y Roberto y, en la actualidad o hasta hace muy poco, Esteban hijo de Roberto. Fue Roberto, en la década del 60, quien lo hizo cuna del tango, las noches empezaban en "Lo De Roberto". Tuvo una mala concesión en los últimos años, pero tengo entendido que ya está nuevamente en manos de Esteban.

El boliche de Roberto

"Los 36 billares", 1894, Av. de Mayo al 1200, contaba con 36 mesas de billar en el subsuelo y obviamente de ahí su nombre. Actualmente, en la planta inferior se encuentran nueve mesas de billar, seis de pool y una de snooker. Es la sala más tradicional de Buenos Aires y según los entendidos es la mejor sala de billar de la ciudad. Tambien conocida por sus campeonatos de ajedrez y por el paso de grandes escritores.

Termino la presente en el 1900, con el "Bar Oviedo", Av. Lisandro de la Torre 2400, en Mataderos, barrio que por mucho tiempo fue el punto de encuentro entre el campo y la ciudad y eso se siente en sus paredes y en sus mesas.

Desde el 1900 en adelante, grandes bares y cafés han sido fundados, tales como Café Roma en La Boca o Bar Roma en Balvanera, El Bar de Cao, La Poesía, Café Margot, Plaza Dorrego, Iberia, El Britanico, La Academia, Y los bares de varios hoteles... lo de Pichín, que pasó de manos hasta convertirse en un antro minutero sin penas ni glorias. Más interesante que la historia de un bar, son todas las historias albergadas. No pierdan la oportunidad, si visitan alguno, de cerrar los ojos un momento y respirarlas.

Nos estamos viendo,

Licrock Baccaro.


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